Leo Prieto: “Lemu demuestra el alcance logrado por la sensibilización B en el mundo entero”

Lemu Nge, traducido del mapudungún como Ojo del Bosque, es un nanosatélite que fue lanzado el viernes 16 de agosto por SpaceX, desde la base de la fuerza espacial Vandenberg en California. Es el primer satélite del mundo exclusivamente dedicado a la observación de la biodiversidad de nuestro planeta y el primero privado desarrollado en nuestro país.

Lemu es una startup que nació el año 2021. Leo Prieto, el fundador y CEO, al crear este emprendimiento, buscaba aprovechar la ciencia y tecnología para resolver la crisis ambiental: “Esto es una actividad periférica y parte de nuestro trabajo. Si no protegemos al ecosistema, los negocios se acaban con ello”, enfatiza.

Ese mismo año comenzó el proyecto del satélite Lemu Nge. En mayo de 2024, la empresa se certificó como Empresa B: “De corazón, somos Empresa B desde el día que nacimos, pero en la práctica tres años después de la fundación de Lemu, logramos finalmente tener certificación”, reflexiona Prieto.

Con su lema “una misión en el espacio, un propósito en la tierra”, el dispositivo busca profundizar el entendimiento de los ecosistemas y recopilar datos que permitirán tomar decisiones basadas en la naturaleza. La información podrá observarse en su plataforma Lemu Atlas, la cual mostrará indicadores medioambientales y otras dimensiones, para fomentar a las organizaciones a incluir la conservación natural en la cadena de valor de sus operaciones.

“Desde Sistema B Chile también queremos destacar el gran trabajo de la Empresa B Lemu. El nanosatélite es un aporte esencial para las estrategias de conservación natural y nos enorgullece el valor que esto otorga al desarrollo sostenible nacional y del mundo entero”, afirmó la directora ejecutiva de la organización, Zdenka Astudillo.

La tecnología como pasión y solución ambiental

Leo, ¿cómo se gestó?

Partí muy chico emprendiendo, a los 15 años. Siempre enamorado de los avances tecnológicos y cómo pueden llegar a transformar las cosas. En 2016 me puse a trabajar en cómo usar la ciencia a nuestra disposición, pero para resolver el problema más grande que tiene la humanidad, la crisis ambiental. 

¿Por qué un satélite?

En 2018, después de revisar mucho, me encontré con algo que me sorprendió muchísimo. A pesar de que había miles de satélites en órbita, aproximadamente 3.000 en ese momento, la mayoría no capturaban datos para el hemisferio sur y después, los que sí lo hacían, no tenían los instrumentos necesarios para poder caracterizar la biodiversidad.

¿Qué los motivó a buscar la Certificación de Empresa B?

Venía escuchando desde siempre sobre la certificación. Me parecía una maravilla que existiera una iniciativa que ayude a comprometer a las empresas con resultados que van más allá. La sociedad es impactada por todas las organizaciones y muy pocas lo toman en cuenta. La certificación de Empresa B te ayuda a asegurar que estás cumpliendo con lo que quieres lograr. ¿En Lemu? Queremos tener un impacto positivo social y ambiental.

El satélite se lanzó, pero ¿qué pasa ahora?

Ya despertó el satélite. Se desplegaron los paneles solares y las antenas, que son todos los primeros nervios. Ahora se vienen ocho semanas donde se pruebe el sistema de antena y control. Después, tres meses de calibración de la cámara. En total son seis, más o menos, para ponerlo en funcionamiento y lograr tener imágenes que nos permitan clasificar ecosistemas. 

¿La idea es observar solamente Chile o después ir mirando otros lugares?

Todo el mundo. Como prioridad está Chile, luego el Sur global y después, el planeta entero. El nanosatélite orbita 14 veces al día alrededor del globo, entonces también pasamos por África y Asia.

¿Cómo se prepararon como equipo para esta hazaña?

Promoviendo la inteligencia colectiva para dar solución a los problemas más complejos, con distintas dimensiones humanas, manteniendo coherencia en objetivos y en valores. Fuimos dirigiendo este grupo a escala global. Se fábrica el satélite en Lituania, el propulsor en Austria, el sistema de cámara de Sudáfrica, sometido en laboratorios de China y Suecia. Realmente recorrimos muchos lugares.

¿Y la experiencia dentro de Lemu?

En Lemu tenemos un equipo de nueve nacionalidades. Cuando buscamos talento, afortunadamente, somos capaces de atraer sin importar donde estén, pero todos apasionados por la tecnología espacial. Nuestro gran aliado dentro del equipo trabaja en la NASA, por ejemplo. Siempre decimos en Lemu: nadie logra nada solo. Estas cosas resultan pidiéndole ayuda a otros y saliendo a buscar a personas comprometidas con nuestra misión. 

Misión alineada con ser Empresa B Certificada

Si. Nos llena de orgullo ser una empresa que nace en Chile, pero que opera en distintos continentes. Ver a nuestro equipo repartido en distintos países, demuestra el impacto y alcance que ha logrado la sensibilización B en el mundo entero.