En el año en que celebra una década como Empresa B, Natura anunció su certificación como Empresa B, por cuarta vez consecutiva. La primera certificación la obtuvieron en 2014, cuando Natura se convirtió en la primera empresa cotizada en bolsa del mundo en recibir el sello. El reconocimiento es otorgado por B Lab, una organización independiente y sin fines de lucro que tiene como objetivo transformar la economía a través de negocios más inclusivos, equitativos y regenerativos.
“Natura tiene una historia consolidada de prácticas dirigidas al crecimiento económico combinado con el bienestar social y ambiental y, en la última década, ha intensificado sus esfuerzos para ampliar y mejorar las iniciativas dirigidas a apoyar toda su cadena de valor” , afirmó Ana Costa, vicepresidenta de Reputación, Legal, Sustentabilidad y Comunicación Corporativa.
Cada tres años las Empresas B se recertifican analizando y verificando los resultados medioambientales y sociales de la empresa y su gobernanza dentro de cinco pilares: Gobernanza, Colaboradores, Medio Ambiente, Clientes y Comunidad.
El principal diferencial de Natura en la certificación de este año fue el pilar Comunidad, que evalúa cómo las empresas interactúan e impactan positivamente en la sociedad en términos de inclusión, diversidad, justicia social y desarrollo económico, una forma de medir el impacto que va más allá de las operaciones directas de la empresa. Natura vio un aumento del 32% en su puntuación para este pilar en comparación con la evaluación de certificación realizada en 2020.
Conectado a la evolución de los ingresos e iniciativas a favor de las Consultoras de Belleza, el crecimiento en este aspecto es reflejo de las inversiones de Natura para crear un ecosistema capaz de promover el desarrollo de millones de mujeres, apoyando el emprendimiento, la generación de ingresos y fomentando la independencia financiera. También es destacable la relación de la marca con las comunidades y familias agroextractivistas de la Amazonia. A través del Programa Natura Amazonia, la empresa proporciona capacitación, recursos financieros, inclusión digital y acceso a la tecnología para que la población local pueda operar a través de una gestión sostenible y regenerativa de forma competitiva y a precios justos.
Evolución constante
Para obtener la certificación de Empresa B, las empresas tienen que someterse a un análisis de su impacto, formalizarlo en sus estatutos, para demostrar su compromiso por generar valor para la sociedad.
Según Ana Costa, el proceso de evaluación de B Lab se reformula en cada nuevo ciclo de certificación: ”Es una forma de seguir animando a las empresas a crear, reforzar o ampliar estrategias empresariales que tengan implicaciones positivas para la sociedad y el planeta, además de servir de herramienta para identificar oportunidades de mejora y, sobre todo, de innovación”, explica.
En cuanto al pilar de los derechos humanos, Natura ya ha eliminado las diferencias salariales entre hombres y mujeres y está trabajando en incluir en los puestos directivos a un 30% de profesionales de comunidades socialmente infrarrepresentadas. La empresa también viene promoviendo la igualdad de género mediante el fomento de la corresponsabilidad, la lucha contra la violencia de género y el liderazgo femenino, en el que quiere alcanzar el 50% de mujeres en estos puestos. Actualmente, la empresa ha alcanzado el 49,3%.