La certificación de Empresas B es otorgada por B Lab, una entidad sin fines de lucro alojada en Estados Unidos, a aquellas empresas que demuestran un alto desempeño en términos de impacto social y ambiental.
Esta certificación evalúa las operaciones de una empresa en su totalidad, distinguiéndose así de otras certificaciones de sostenibilidad que suelen enfocarse en áreas específicas. En este caso, el proceso de evaluación se rige por cinco áreas clave: Gobernanza, Trabajadores, Comunidad, Medio Ambiente y Clientes.
Francisca Cortés, Coordinadora de Certificación y Estándares en Sistema B Chile, aclara que el proceso para ser Empresa B está dirigido a organizaciones con fines de lucro de diversos tamaños e industrias, que desean medir, gestionar y mejorar su impacto en las personas y el planeta.
Beneficios de ser Empresa B
Uno de los principales beneficios de la certificación es formar parte de una comunidad internacional de empresas comprometidas con el propósito de generar un impacto positivo. Además, el sello de Empresa B es reconocido a nivel mundial, lo que otorga una mayor visibilidad y credibilidad en el mercado global.
Las empresas certificadas son vistas como líderes en transparencia y en la medición de sus impactos sociales y ambientales, lo que atrae inversiones de impacto y talentos que buscan trabajar en empresas con un propósito.
Para ser parte de la Comunidad de Empresas B, es necesario que las empresas lleven a cabo el proceso de certificación de Empresa B que comienza con la Evaluación de Impacto B (EIB), una herramienta gratuita y en línea que permite medir el impacto socioambiental de la empresa.
Al completar la evaluación las empresas deberán identificar los principales puntos a mejorar y medir su desempeño, además de contestar el cuestionario de divulgación e industrias controversiales. Si bien el puntaje mínimo para llegar a la certificación es de 80 puntos, la mayoría de las empresas deben realizar un conjunto de mejoras para lograr este número.
Una vez completada la Evaluación de Impacto B, obtener 80 puntos y cumplir con otros requisitos (que pueden revisar en la página web), las empresas pueden “enviar su evaluación a revisión” para comenzar formalmente el proceso de certificación. Este paso consiste de cuatro etapas: fila de evaluación, evaluación, fila de verificación y verificación.
La evaluación se va actualizando para mantenerse alineada con los más altos estándares internacionales y adaptarse a las características específicas de cada empresa, como el número de trabajadores, el sector y la ubicación geográfica. Esto es sumamente importante, ya que esta actualización permite que las empresas constantemente se renueven y estén cada día más cerca de ser una mejor empresa para el mundo. De hecho, actualmente están evolucionando los estándares de certificación y la evaluación.
Para obtener la certificación de Empresa B, las empresas deben cumplir con ciertos requisitos esenciales. La coordinadora de Certificación y Estándares, explica que “las empresas deben haber operado durante más de 12 meses y es necesario que la empresa opere en un mercado competitivo y enfrente los riesgos normales de la actividad empresarial, como la competencia, los impuestos y las fluctuaciones del mercado”.
Las empresas que operan en monopolios, son controladas por el gobierno o disfrutan de beneficios fiscales sustanciales no son elegibles para la certificación.
Cortés comenta que otro requisito crucial es el compromiso legal de cumplir con los estándares de Empresa B. Esto puede implicar realizar cambios en los estatutos de la empresa para alinear sus objetivos con los principios de las Empresas B que tienen como propósito y filosofía de vida demostrar que los negocios pueden abordar problemas sociales y ambientales a través de sus operaciones. Por lo tanto, organizaciones sin fines de lucro como ONGs y fundaciones no pueden acceder a esta certificación, pero sí pueden realizar la Evaluación de Impacto B, para medir y conocer cómo están gestionando su impacto.
La certificación de Empresa B abarca todas las áreas de gestión de una empresa. No es posible certificar solo divisiones, marcas o departamentos específicos, ni empresas que no tengan control total sobre sus productos o servicios. Esta certificación integral asegura que el compromiso con la sostenibilidad y el impacto positivo se refleje en todas las áreas de la organización.
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